Oro, porque tengas un encuentro con Dios; porque el Espíritu Santo hable a tu corazón y puedas sentir Su presencia.

Oro, porque sepas que puedes hablar con Jesús; porque sientas dentro de ti la certeza de que existe un amor incondicional esperando que le abras la puerta.

Oro, para que crezca en tu interior la necesidad de buscarle; porque tu alma grite tan alto su anhelo, que no pares hasta encontrar al único que puede satisfacerlo.

Oro, porque le dejes entrar en tu vida, porque sé que, entre todas las cosas que puedas pensar, esa es la única de la que no te arrepentirás.

Oro porque te encuentres con esto; porque el Padre lo haga llegar a ti y que sepas que no es casualidad, ni mucho menos un error.

Oro, porque tomes mis palabras como suyas porque, «ya no vivo yo, Cristo vive en mí» (Gálatas 2:20) y te dejes guiar hacia donde quiera llevarte, porque «entonces aprenderás a conocer la voluntad de Dios para ti, la cual es buena, agradable y perfecta.» (Romanos 12:2)

«Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.»
Filipenses 4:7

Que Dios te bendiga.